Imagínate que estás en una conversación con un colega. Le pides una cosa, cómo el número de un amigo, y, al instante, te responde con la respuesta. Eso es, a grandes rasgos, es una transacción1, que si se diera el caso del mundo del email marketing, sería un email transaccional. No es la típica newsletter que te inunda la bandeja de entrada cada semana para venderte algo, sino un correo automatizado que se envía de forma individual como respuesta a algo que tú, el usuario, has hecho.
Es el email que esperas y que necesitas. Es puramente funcional e informativo. Y precisamente por eso, la gente los abre, porque son importantes y no te venden nada.
Características principales de un email transaccional
Tres puntos importantes que necesitas saber:
- Lo disparas tú (por una acción tuya): Este correo no se envía porque sí. El envío se activa automáticamente cuando tú haces algo, ya sea comprar una camiseta, registrarte en una web, o pedir la recuperación de tu contraseña.
- Es para ti y solo para ti: Es un mensaje individual, no para una lista de miles de personas. Y el contenido es hiper-personalizado; te dice exactamente lo que necesitas saber sobre la acción que acabas de realizar.
- No busca venderte la moto: Su objetivo principal no es promocionar. Aunque pueda incluir algún detalle sutil como «tal vez te interesen estos otros productos», su razón de ser es darte información. Por eso, ni siquiera tienen un botón de «darse de baja» porque, seamos sinceros, ¿quién querría darse de baja de la confirmación de su pedido?

Ejemplos para que aún te quede más claro que son
Aquí van 5 ejemplos MUY clásicos:
- Confirmación de pedido: El email que te llega 10 segundos después de comprar tu camiseta favorita en una tienda online. Te confirma que ya has gastado tu dinero y que te van a mandar la ropa. De esta manera te quedas tranquilo, que todo ha ido bien y que tu pedido no se que ha quedado en el ciberespacio.
- Notificaciones de envío: Te avisa que tu paquete ya va de camino. Si o hacen bien, te dan un número de seguimiento del pedido para que puedas rastrear cada milímetro de su viaje.
- Restablecimiento de contraseña: La tabla de salvación cuando te olvidas de tu password. Te llega un enlace mágico, escribes una nueva contraseña y listo, vuelves a ser tú (y puedes volver a hacer el pedido).
- Confirmación de registro o bienvenida: El «hola, ya estás dentro» cuando te apuntas a un servicio o creas una cuenta. O por ejemplo te das de alta en una newsletter.
- Recibos o facturas: El documento digital que confirma tu pago y te da un resumen de la transacción.

En resumen: si una newsletter es la publicidad, el email transaccional es la comunicación directa y esperada que te genera confianza. Y por eso, su tasa de apertura no tiene competencia y será super alta, mientras el CTOR probablemente será super bajo, porque por lo general no se espera de una acción del usuario (excepto en casos como el restablecimiento de la contraseña).


